¿Y si hacemos enoturismo en Saint-Émilion?

¿Y si hacemos enoturismo en Saint-Émilion?

En este artículo abordamos lo más importante del enoturismo en Saint-Émilion y las diferencias con otros países, como la Argentina.

Por Natalia Umbrazun, encargada de Enoturismo de Château La Renommée

Saint-Émilion es una pequeña comuna que se encuentra a unos 40 km de la ciudad de Bordeaux. Sus vinos son de los más reputados en el mundo, junto con las regiones de Pomerol, Médoc, Bourgogne, Champagne, entre otras. 

Un hermoso paisaje de colinas y llanura con 5 tipos de suelos. La producción mayoritaria es de Merlot (80%). Esta región se encuentra en la «orilla derecha» del estuario de la Gironda, en comparación a la orilla izquierda en la que se encuentra mayoritariamente Cabernet Sauvignon.

Francia es la cuna del vino. Cuando los griegos empezaron a traer uvas poco a poco, y gracias a Inglaterra, los vinos franceses se volvieron famosos y reputados. 

Sin embargo en materia de enoturismo, se han quedado un poco más atrás que las bodegas del nuevo mundo (por ejemplo Argentina, Chile, Nueva Zelanda).

Diferencias entre el enoturismo en Francia y Argentina

En comparación con Argentina, por ejemplo, donde el marketing de los vinos, es decir, su comunicación en redes sociales, sus etiquetas super modernas y bodegas con una arquitectura increíble, Francia está más retraída a sus tradiciones y costumbres. 

La noción de terroir, de denominación de origen, de familia y el paso de generación en generación, son características que atraen más a la gente.

¿Un ejemplo concreto? Château La Croizille en Saint-Émilion. En la región de St-Émilion, hace muchísimos años, la actividad principal era la extracción de piedra calcárea, y hasta el día de hoy, un 99% de las casas y châteaux que encontramos acá, están construidos con ese material (o pintados del mismo color). 

Ese color beige lo vamos a ver en todos lados, salvo en La Croizille, un château super moderno construido con piedra negra traída de Portugal. Y cuando se instalaron fue super controversial, porque la gente no lo aceptaba. 

Hasta el día de hoy, mucha gente me dice «eso no es un château«, porque no es lo que la gente espera ver cuando vienen a esta región. (Ojo, no quita que tienen vinos espectaculares y de calidad). 

Yo, viniendo de Argentina, me siento atraída por la arquitectura, y no me desagrada verlo, pero a la gente le cuesta un poco más aceptarlo.

La propuesta de Saint-Émilion en enoturismo

Afortunadamente estoy trabajando en un château que tiene una oferta enoturística super desarrollada. El único château que propone visitas en segway todo terreno.

¿Otro ejemplo comparativo con Argentina? En Mendoza hace años que existe el programa de Yoga por los caminos del vino, al cual he asistido personalmente. 

En Saint-Émilion, una región muy turística, recién el año pasado empezamos a ver algunos châteaux que se animaban a proponer clases de yoga.

Y todo eso con suerte, porque la región es muy turística. Pero si te vas a  unos kilómetros más al norte en Médoc, la oferta enoturística no es la misma. Ni hablar de caer sin reserva previa.

Entre las actividades más originales que he visto : segways, escape game (Château Pas de l’Ane), clases de yoga, visitas a cavas subterráneas y ahí se termina.

Lo que sí está muy bueno, es la visión que tiene la gente de los châteaux, y esa necesidad de compartir una verdadera experiencia única. 

Algo que en Argentina no existe es compartir una comida (cena o almuerzo) con el dueño de la bodega. Acá en Francia, «les tables vigneron» son super corrientes. 

Uno paga para pasar tiempo con el dueño de la bodega y poder discutir acerca de vino y la industria. En las bodegas medianas es muy normal.

El enoturismo en Francia evoluciona cada día y se dirige a esta experiencia de compartir, de saber los secretos de la bodega, de entender y de interactuar mientras que en Argentina, la versión se inclina más al marketing, a la modernidad, en compartir quizás una degustación pero no con el dueño artesano de vinos sino entre amigos o con la familia.

Foto: Jordy Meow – Wikipédia