lunes, octubre 2, 2023
Turismo en Francia

Una degustación de ensueño en la bodega Ferrand

Una degustación de ensueño en la bodega Ferrand

En este artículo visitamos el pueblo medieval de Saint-Émilion donde pudimos realizar una cata de vinos en la bodega Ferrand ubicada en Saint-Hippolyte.

¿A quién no le gustaría degustar el sabor de una tierra cuyos primeros viñedos fueron plantados por los romanos en el S. II a.C?

En este artículo os explicaré mi última visita al pueblo medieval de Saint-Émilion donde pude realizar una cata de vinos en la bodega Ferrand ubicada en Saint-Hippolyte.

El “Château de Ferrand” me sorprendió desde un principio por su impresionante fachada en piedra ocre del S. XVIII y su patio central.

En este último nos estaba esperando el sumiller que nos acompañó a lo largo del recorrido compuesto por tres etapas.

Estas son la presentación del terreno y de la bodega, el proceso de elaboración y la degustación del producto con diferentes tipos de crianza.

Dicha propiedad compuesta por 32 hectáreas de viñedos está situada en un promontorio a 100 metros de altitud.

Actualmente pertenece a Paulina Bich, descendiente de Marcel Bich conocido por ser el fundador de la conocida marca de bolígrafos BIC .

La bodega Ferrand ©Andrés Alonso Ureña
La bodega Ferrand ©Andrés Alonso Ureña

Kilómetros de terreno cuyas cosechas varían en función de las condiciones climáticas, la calidad del agua o la madurez de la uva.

El viñedo de Ferrand está compuesto por cuatro tipos de suelo que aunque diferentes comparten algo en común: un porcentaje de arcilla bastante alto.

Cabe destacar que los suelos arcillosos favorecen el desarrollo de la producción vinícola.

Dichas características del terreno también se pueden encontrar en ciudades como Burdeos, donde ya visitamos la famosa Cité du Vin.

Una de las cosas que me sorprendió es que cada parcela está cultivada de forma diferente  en función del año de siembra, de la variedad de uva o del tipo de suelo.

Una elaboración que justifica que este vino figure desde el año 2012 en la lista de vinos de Saint-Émilion denominados “Grand Cru”.

Siguiendo el recorrido, hubo otra parte del castillo que me encantó fue el almacén de barricas de roble francés.

En él se realiza el envejecimiento del vino, un proceso que puede durar entre entre 12 y 16 meses.

Disfrutar de Burdeos a través del vino

La última parte de la visita tuvo lugar en la sala de degustaciones, un lugar cuya decoración contemporánea en madera y cuero se adapta armónicamente a los tonos ocráceos del castillo.

Una sala creada por el dúo de diseñadores de interiores Sanjit Manku y Patrick Jouin, con un estilo industrial-minimalista muy elegante y luminoso.

El centro de dicho lugar queda coronado por una cúpula en forma de elipse rodeada de vigas de madera cuya disposición se asemeja a la silueta de una araña.

En cuanto a la cata, durante la degustación tuve la suerte de probar vinos como el “millésime 2016”, con un aroma frutado, tánico y tostado.

O el “millésime 2012” con un toque más amaderado mezclado con notas de mora.

Todo esto explicado por un sumiller que nos indicaba a lo largo de la presentación como oxigenar el vino.

Reconocer la antigüedad de una cosecha basándose en el reflejo de una copa de vino sobre una superficie blanca también formó parte de sus revelaciones.

Una experiencia inolvidable que aconsejo a todo aquel que quiera iniciarse en un mundo tan apasionante como el vinícola.

Por Andrés Alonso Ureña