El secreto del Muro de los te quiero
El secreto del Muro de los te quiero
Parada indispensable de los enamorados, el Muro de los te quiero se ha convertido ya en un ícono propio del barrio de Montmartre que vale la pena ser visitado. En pleno París, un breve recorrido por esta obra que le ofrece al mundo algo que tanto necesita: simplemente amor.
Una extensión de 40 m², 511 azulejos y una misma palabra repetida 311 veces en 250 lenguas: te quiero. Y es que, en realidad, estos son solo números duros de una creación que busca ablandar corazones o atraer a aquellos que ya lo están. Situado en la plaza Jehan Rictus, frente a la Place Abbesses, en pleno corazón de Montmartre, el Muro de los te quiero es la creación de Frédéric Baron y Claire Kito. Inaugurada en el 2000, la obra pretende llegar no solo a los enamorados sino extender un mensaje al mundo entero. Sobre el muro se pueden apreciar trazos de color rojo, símbolos de un corazón roto en referencia a una sociedad que se destruye a si misma y que el muro trata de reconstruir.

Un muro que no separa
Selfies, miradas profundas, besos que se eternizan y pensamientos prolongados. De todo esto y de mucho más es testigo diario esta obra que, en palabras de sus autores, «intenta abolir todas las diferencias». Sabido es que en el idioma español tenemos dos expresiones que se asemejan pero que marcan una notable diferencia en comparación con otros idiomas: el te quiero y el te amo. Pues a no desesperar porque obre el muro aparecen ambas palabras situadas en puntos diferentes. Curiosamente, el te quiero aparece en la parte centrada del muro mientras que nuestro te amo se encuentra bien arriba, en la parte superior derecha, como si los artistas hubieran querido darle literalmente un lugar mas elevado diferenciando correctamente un te quiero de un te amo.


Un te quiero del papel al muro
Frédéric Baron recibió desde 1992 más de 1000 te quieros traducidos en más de 300 lenguas y dialectos. En 1998 escribió «El libro de los te quiero«, distribuido gratuitamente en Francia. Para el autor fue una forma de dar la vuelta al mundo sin salir de París y sus alrededores. Y para quienes piensan que el amor no tiene precio, el «Muro de los te quiero» puede visitarse todos los días y de forma totalmente gratuita.
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Gracias a ti Jorge por este artículo. Como linguista francés quisiera añadir un comentario: ese muro de los te quiero está lleno de errores. En efecto, cuando estuve allí, encontré una pareja de holandeses que mi dijeron que había un error al escribir «Ik hou van je» («te quiero» en neerlandés). Del mismo modo, una chica que domina el mandarín me dijo que los ideogramas en dicho idioma no significan «wo ay ni», sino algo totalemente distinto, que no tiene nada que ver con el amor. Así que esa obra de arte romántica, merecería muchas correcciones…