Crisis del Covid en Francia: el malestar en la cultura
Crisis del Covid en Francia: el malestar en la cultura
Cines y teatros cerrados, espectáculos suspendidos, artistas desempleados: el sector de la cultura es uno de los más golpeados por la crisis del Covid en Francia.
Los cines, teatros y museos de Francia permanecen cerrados desde el 28 de Octubre. Tras la salida del primer confinamiento, muchos lograron reabrir adaptando nuevas medidas sanitarias. Pero esto duró muy poco y hoy todo el sector sufre los latigazos de una crisis sin precedentes acompañada por una mala gestión gubernamental. La obra de Sigmund Freud nunca se pareció tanto al malestar de la cultura francesa que viven los actores.
La mayoría tuvo que adaptarse y gran parte de ese cambio pasó por el contexto digital con teatros y museos que propusieron sus obras y visitas de forma virtual. Una manera para poder salvar los 670.000 empleos que representa el sector cultural francés. A eso hay que sumarle la cólera de los propietarios de librerías que pudieron abrir sus puertas con el confinamiento de Noviembre tampoco. Ser catalogados como “no esenciales” por parte del gobierno fue la gota que rebalsó el vaso.
Un plan que no salvó a la cultura
En Septiembre de 2020, se anunció un plan de 2 millares de euros para relanzar la actividad cultural. El mismo fue considerado insuficiente privilegiando otros sectores económicos. Hay que tener en cuenta que durante los meses de Marzo y Mayo (primer confinamiento francés) no se hizo referencia a la cultura en ningún discurso gubernamental.
Ese malestar en la cultura también se sintió a finales de año, durante el periodo de las fiestas. Cuando todos los profesionales del sector tomaron las medidas sanitarias necesarias para reabrir, el gobierno de Emmanuel Macron decidió que todos los lugares culturales permanecerían cerrados.
Cuesta cada vez más comprender la incongruencia de muchas medidas tomadas durante la gestión de la crisis. Porque si los lugares culturales no se abren para evitar la concentración de masas los controles tampoco se realizan en transportes, empresas y centros comerciales donde es imposible respetar cualquier tipo de distancia. Otras ciudades europeas ya han demostrado que, con las medidas sanitarias necesarias, se hace completamente posible disfrutar de actividades culturales en espacios cerrados.
El aporte de la cultura al PIB de Francia representa un 2,3% además de lo que aporta indirectamente a sectores como el turismo y el lujo. Esto sin contar con los beneficios que produce a nivel psicológico, social y filosófico, entre otros.
Imagen: StockSnap de Pixabay
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